recuerdos del pasado soberano, que marginan errores propios pero no ajenos.
Estado de ánimo extremo, que la puede llevar a desaparecer a su antojo o deseo.
No se compra ni se vende. Patética acompañante que hace su aparición negativa, imprevista.
A veces requerida y no hallada, muchas veces sin ser buscada.
Incomparable nada ni nadie la iguala.
Hará nuestros días más diáfanos o nuestras noches más impenetrables.
Acompañantes de todos, e imperceptible, te hace reír, llorar, gozar, al recordar; o hasta matar, aunque luego sea ella la encargada de nuestras mentes torturar.
Pero lo que nunca podremos es despojarnos de ella, quizá sólo en la locura de nuestras mentes podríamos lograrlo.
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