Mis labios dicen adiós
mi corazón le retiene.
A él no le importa
sufrimiento alguno
ni diurno, ni nocturno.
Una vez más requiere
el susurro de su voz
la magia de sus palabras
en las noches ciegas
pero de luna llena
Este corazón manda
y a la razón silencia
Corazón no reclames
que él ya no está.
El silencio nocturno
de música y lagrimas
ya todo se invadió,
ocupando el lugar
que les perteneció
sólo a ellos dos...
SDD